En un post anterior hablamos de confianza, la que nos ganamos y la que de inicio esperamos de alguien que adquiere una posición de liderazgo, que va perdiendo en función de sus actos. La promesa del liderazgo equivale a esa “confianza” que nombramos y que cuando asumimos posiciones de liderazgo la hacemos aunque sea sin ser conscientes de ello.
Las expectativas acerca de un líder vienen en dos formas:
-Implícitas: provisión de sentido, inspiración, respuesta ante sugerencias
-Explícitas: (relacionadas con el puesto), ejecución, estrategia…
Los diferentes actores que rodean a un líder juzgamos siempre en relación con estas dos dimensiones y las 4 promesas hechas “de manera no consciente”.
Promesa 1: Fijar la dirección adecuada y crear trabajo que tenga sentido. Es lo que más esperamos de nuestros líderes. El top management fija la dirección, visión y estrategia a seguir. Se crea un entorno en el que los colaboradores tienen claro hacia dónde se dirige la empresa y es capaz de contextualizar qué aportación tiene el esfuerzo que dedica al trabajo. Cuando esta se rompe, la organización carecerá de un sentido de existir y su actividad irá declinando de manera progresiva.
Promesa 2: Generar el compromiso de todos los participantes y hacerlos partícipes y respnsables del resultado de su propio desempeño. No es fácil, integrar, hacer formar parte que tenga un sentido lo que se hace. Cuando el líder no es capaz de transmitir ese Porqué hacemos las cosas, qué aporta nuestro esfuerzo es fácil que los empleados pierdan interés y motivación pudiendo dejar una empresa que les aporta poco más que un monto de efectivo.
Promesa 3: Asegurar que procesos y sistemas facilitan Foco y ejecución. Hagamos las cosas sencillas, no permitamos que los resultados se vean empañados por sistemas obsoletos o procesos largos y engorrosos. Demos positivo, acción – resultado sobre lo que persigue la empresa. Seamos consistentes y mantengamos la organización centrada. La rompemos cuando no invertimos en lo necesario, en lo importante, cuando nos distraemos del objetivo y vamos dando bandazos.
Promesa 4: Lidera de manera efectiva. Como líderes nos comprometemos a mejorar contínuamente, a desarrollarnos, a aprender. Y lo transmitimos a los equipos, sabiendo que la efectividad colectiva es mayor que la suma de la de todos los individuos. Se rompe cuando se cree que ya hemos hecho todo lo que se podía hacer, dejamos de buscar otra manera de ver las cosas y premiamos la individualidad, perdiendo toda la potencia que tiene el trabajo en equipo.
Cuando pensamos en un líder, un “verdadero” líder vendrá a nuestra mente alguien que seguramente haya cumplido cada una de estas promesas, las mantuvo. Por ese motivo, cuando pensamos en LIDERES, quien nos dejó huella, no muchos vienen a nuestra memoria.