Confusión es el resultado de muchas reuniones, grupos de trabajo, presentaciones, límites en las funciones…. En la comunicación, no se trata únicamente de qué emitimos (o lo que pensamos que transmitimos) sino de cómo lo interpreta el receptor. Si a esta dinámica le añadimos el uso de palabras cuyo significado es ambiguo, amplio, las posibilidades de que no sepamos, no entendamos, aumentan.
Las palabras que propician la indefinición generan y/o están en una zona de grises, donde a merced de cada uno queda la interpretación de las mismas. Palabras en la zona gris: procurar, intentar, animar, dinamizar…
Los conceptos con los que trabajamos, que utilizamos en nuestra interacción con otras áreas: ventas, ratios, presupuestos.. éstos deben estar lo más alejados del gris. Acompañar los datos que se presentan, solicitan,… de una definición nos facilitará esta tarea.
En un equipo, el reparto de funciones debe tener los menos grises posibles si lo que queremos es un trabajo colaborativo y complementario.
Las órdenes o acciones a realizar deben transmitirse con un mensaje lo más corto posible, claro, con un responsable asignado y una fecha de cumplimiento. Sin grises, sin espacio para la duda.
Cuantas más palabras alejadas de la zona gris utilicemos menos confusión veremos en nuestros interlocutores y mayor precisión en la ejecución de lo que pidamos.
Un mensaje claro: qué espero, qué necesito, para cuándo, qué resultados, … evita muchas desviaciones en el camino puesto que permite que cada uno sepa qué se espera de él, qué debemos conseguir y medir el esfuerzo a aplicar en consecuencia.
Es cierto que cuando abandonamos el gris corremos el riesgo de generar alguna resistencia o confrontación en el momento, pero tiene solución. Cuando dejamos el espacio para múltiples interpretaciones el resultado puede estar en el lado opuesto de lo que pretendíamos.
Procura alejar las palabras que generan confusión, evita respuestas como: entendí, creía, pensé. Mantengamos un mensaje claro, simple, directo. Aun así, cada uno aportará sus propios grises.