No podemos hablar de equipo sin hablar de liderazgo. Creo firmemente en el desarrollo y trabajo de equipo. Pero, equipo es un término que se usa mal y si buscamos el porqué, en el fondo es porque no existe un líder, sino una figura que coordina o dirige.
Me parece fantástico, el símil con las manadas de lobos.
- Los 3 primeros lobos de la manada, son los más débiles y marcan el ritmo del resto.
- Los 5 siguientes parte de los más fuertes. Capaces de reaccionar y aguantar hasta la llegada del resto en caso de ataque.
- Tras ellos, el mayor grueso, no siendo los más fuertes o hábiles y quien requiere de la protección de los demás.
- Entre este grupo y el líder, de nuevo, el resto de los más fuertes.
- Y el último, el líder, el más fuerte y capaz, quien vigila y controla. Quien detecta cambios dentro y en el entorno.
Hoy entendemos la definición de equipo como algo que va más allá de un grupo de seres humanos que se reúnen y trabajan en conjunto para alcanzar una meta en común. Se crea, construye a partir de un grupo, de un conjunto de personas.
En los equipos: Un líder, dirige, les da un objetivo, confianza, una motivación, un seguimiento. Cohesiona, construye. Comunica: situación, objetivo y da feedback. Desarrolla el potencial. Todos son y sienten ser parte sin necesidad de conocer absolutamente todo. Además, se crea comunidad, pertenencia. Compromiso.
En los grupos: Un coordinador asigna tareas, usa recursos. Parcela. No confía lo suficiente. Habla, nos cuenta hechos, presupone, obvia. Limita, no cuida, olvida. Los miembros de este grupo, creen que les falta siempre parte de la información, sólo ejecutan, se enajenan, se dispersan.
Nuestras palabras, gestos y actos nos identifican y pondrán a nuestro alrededor, grupos de personas o equipos.
Y sí, tipos de liderazgo hay más de uno, pero eso es harina de otro post.