Hay algo que nos ronda por la cabeza, pero no sabemos decir qué es, algo que nos molesta, que no alcanzamos a entender, … tantas ideas desordenadas, dudas, muros contra los que nos golpeamos… Y muchas veces no encontramos la salida porque estamos en espiral sobre un micro-pensamiento. ¿Qué tipos hay y cómo salimos?
Pensamiento en espiral 1: Cuando tenemos piezas que no encajan (un problema encima de la mesa que nos cuesta resolver, un fallo que sabemos que existe pero no logramos ver dónde). ¿Cómo salir? es bueno dejar que la mente se centre en otra cosa, en otra actividad. De repente, sonará un click en tu mente y las piezas encajarán.
Pensamiento en espiral 2: Cuando un suceso, una conversación nos ha enojado o preocupado podemos entrar en una dinámica de auto-contemplación, de queja, de vuelta recurrente al momento. Esto hace que nos afecte algo más cada vez que pensamos en ello. ¿Cómo salir? Date derecho a un tiempo limitado de rabieta. Luego deja que los demás pinten la foto más grande, busca una solución y sigue camino. La próxima vez, hablarás de ello con algo de humor.
Pensamiento en espiral 3: Sorprenderse una y otra vez cuando una persona o colectivo no ven el mundo de la manera o con la claridad con la que tu lo ves. Este es quizás uno de los más interesantes por dos motivos porque tu ves otra foto y te parece obvio lo que los demás ven distinto y en segundo lugar, porque va ligado a tu manera de ser y sobre el que tienes poco poder de actuación ¿Cómo salir? Si intentaste cambiar el “mundo” y el resultado fue el opuesto al esperado, déjalo. Ves las cosas de una manera distinta y solo cambia la manera de ver las cosas quien acepta otras visiones y está dispuesto a cambiar.
Dejar que las cosas fluyan, se vayan te permite rebajar tu carga emocional. No es que no te preocupes, porque lo haces, simplemente aprendes a gestionar mejor, a reducir al mínimo el tamaño de las espirales.