En una reunión, se dan varios roles. El del organizador, el del participante, el del invitado y entre ellos podemos encontrar al “Decisor”.
Es importante dejar que el organizador dirija la orquestra, marque los ritmos. Si coincide que presenta dará paso a quien sea requerido. Y los anfitriones deben saber identificar quien toma las decisiones, sin perder de vista los demás participantes. Cuantas veces, no se habrá ignorado al que decide pensando que era otro el destinatario.
Y como siempre, hay que preparar las reuniones, qué objetivo se persigue, como se llegará a él y qué rol jugará cada uno.
Muchas reuniones no se preparan (ya no comentamos las invitaciones de última hora), algunas se preparan pero tienen a algún protagonista que necesita exteriorizar ese comentario, pisar lo que otro compañero va a decir, decir en voz alta la iniciativa que quiere que destaque y que está completamente fuera de lugar.
En la vida, replicable a las reuniones (nuestro dia a dia) hay que saber cual es nuestro papel, cuando hay que hablar y cuando callar. Las ganas imperiosas de participar y destacar restan más que suman.